Al centrar su atención en Dios y en el hombre, con frecuencia Agustín nos ofrece su relación recíproca al nivel axiológico. La teoría agustiniana de los valores comporta un razonamiento filosófico y teológico a la vez. En la intersección de estos dos elementos se encuentra el problema de la jerarquía de los bienes y en el fondo podemos descubrir el teocentrismo agustiniano. En el pensamiento del obispo de Hipona, podemos distinguir un triple teocentrismo teleológico, que se completan y explican recíprocamente.

El estudio del sentimiento de culpabilidad en la conversión de san Agustín requiere una especial atención, tanto por la importancia que en sí mismo encierra, como por la particular significación que adquiere en él. La «confesión» de Agustín implica la alabanza a Dios y la confesión de sus pecados. Encierra en sí, junto a la dimensión teológica del problema, otros aspectos de orden psicológico que quisiéramos resaltar aquí. No sería justo reducir el estudio de la culpabilidad religiosa a sus dimensiones psicológicas; pero tampoco lo sería si olvidásemos su significación. La culpabilidad religosa se realiza dentro de las dimensiones humanas de la persona. Dividimos el tema en dos apartados: en el primero presentamos, muy esquemáticamente, algunos aspectos generales de la culpabilidad psicológica; en el segundo, estudiamos más concretamente las diferencias entre los aspectos psicológicos de la culpabilidad y los valores religiosos de la misma en general y en san Agustín en particular.